AUTOR: Francesca Aliai Crispino
2 de septiembre de 2015
El Bosque Animado de Oma
En 1984 el escultor y pintor Agustín Ibarrola escogió un bosque situado en el valle de Oma, en el País Vasco, para crear una obra de arte viviente. La apuesta del artista consistía en hacer de los pinos de Monterrey que componen este entorno, su propio lienzo.
El resultado es una fusión fascinante entre arte y naturaleza en el que se conoce hoy como el Bosque Animado. Ibarrola, que vive no muy lejos del Bosque de Oma, utilizó grupos de árboles para pintar diseños que se pueden adivinar mirando el conjunto de los troncos desde determinadas posiciones y que crean un efecto de segmentación en toda la obra.
Ojos, arco iris, figuras humanas, así como formas geométricas y diseños abstractos son los motivos que caracterizan las pinturas del Bosque Animado. Caminando entre los árboles, te das cuenta de cómo los colores vivos y brillantes de la obra de Ibarrola contrastan con los tonos terrosos y naturales del bosque que varían con la luz en función de la temporada.
Este lugar encantado se encuentra en la Reserva de la Biosfera de Urdabai, Vizcaya, patrimonio mundial de UNESCO.